martes, 14 de julio de 2009

Contra los elementos...

Cuando la vida es camino, y jodida y radiante es un estado habitual… me duele respirar y aun así: “Respira”… a veces profundo para sentir el dolor, para sentirme viva…Porque decía aquella frase que no paro de recordar que “el dolor nos hace saber que estamos vivos”…

¿Dónde irá el dolor cuando se acabe el suplicio? Será una energía perdida, un superfluo suspiro… Un sinsentido que ha sido sentido de más… un castigo. Es difícil afrontar que uno sufre por vicio y que aun cuando se abren las puertas de la prisión del recuerdo los presos dudan si salir o si quedarse allí dentro…

A ver quién da el paso y quién barre el recuerdo… no hay mucho que limpiar en una celda perfecta, yo podría quitar las rejas y tú abrir un ventanal, donde poder respirar el mismo aire juntos. Hacer de tu cárcel tu hogar y yo hacer con mi dolor un canuto… y fumar, y reir y jugarle en modo cooperativo al mundo.

Mientras tanto haremos el tonto y fingiremos poner los barrotes… perderemos un poquito el tiempo, disimularemos no compartir más cigarros, perderemos la ilusión así como la recuperamos… Negaré tres veces tu nombre por cada vez que tú me has negado. Jugaremos la misma partida pero cada cual en su lado, matando los mismos fantasmas… tus fantasmas del pasado.

¿Por qué seguimos intentando matar algo que ya ha muerto? ¿Será porque aun está vivo? ¿Será que algo queda ahí dentro? Puede ser que todo sea pasado y que sólo sea un reflejo en el tiempo… pero puede ser que lo que creíamos muerto y firmamos los dos como errado, a lo que le tomamos el pulso y yacía en aquel coche helado… a fuerza de tanto matarlo, creo que ha resucitado.

Si quieres seguir con la venda en tus ojos cansados… asqueados de un mundo que se te ha rebelado… tejeré cada semana una tela que no te deje añorar mis abrazos, que no te deje dudar un segundo, que te haga olvidar que te amo. Porque sé que no soportas dudar, ni dar pasos el falso… Me retiraré y seré el combatiente olvidado, el que luchó por tus metas y celebró tus victorias… el que quedó en el camino y no le dieron la gloria. El soldado que también ha hecho que ganáramos miles de guerras… el que fue enterrado cuando se conquistó esta tierra. Yo me doy por satisfecha… pero cuando la lluvia que cae hace las veces de riego y tú vas a pasear por los caminos que siembro a veces pongo los barrotes para no ver el firmamento… miedo a resucitar, ese es el miedo que tengo… luchamos contra natura, contra todos los elementos… radiantemente jodida, así es como me encuentro. Pero mira, si quieres la venda, yo, tío, te la vendo.

1 comentario:

  1. Profundo, sentido y real, como la vida que nos envuelve, y el cielo (a veces azul, a veces menos) que nos mira desde arriba.

    El suelo que pisamos siempre será el mismo para todos, aunque la fuerza de la pisada de cada uno no sea necesariamente la misma fuerza de otras personas.

    Abrazos
    Diego

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